Aunque la frase ya suene trillada, el sector yerbatero cumplió con asistencia perfecta esta semana, sumando un nuevo conflicto a los entretelones de esta historia.
A la larga lista de disputas en el universo de la yerba mate, esta vez el desenlace del capítulo de la “presidencia” del INYM lo dio el Director a cargo Jonas Petterson. Quien después de casi 4 meses de cumplir con la función que el propio directorio le delego, renunció a esa responsabilidad. Los argumentos los detallo en sus redes sociales y fueron, por palabras escritas en su aclaración, solo a esa función y que el motivo fue “la falta de decisión y coraje de algunos de los demás Directores al momento de avanzar en temas que debían ser atendidos con urgencias”.
Estas declaraciones dieron que hablar y luego en una nota radial, hizo referencia puntualmente a que los algunos Directores no daban su voto para avanzar con temas como: “enviar a secretaria de Bioeconomía la solicitud de un precio para la materia prima”, cuestión ampliamente demandada por el sector.
Además, en esa misma entrevista agregó que tampoco cuenta con la aprobación de las acciones que son parte de la vida institucional.
“No me voy a hacer cargo de una institución que desde su Directorio no tiene el coraje y la actitud para representar al sector”, expresó Petterson.
La figura del Yerbatero de Andresito fue y seguirá siendo controversial. Están los detractores y están los de la vereda del frente, aquellos que sentían con él al frente del INYM una representación del sector productivo ganada. Tan es así que muchos hablan de que con esta renuncia pierden un líder frente al Instituto, debido a que por historia y por peso político, el misionero se posiciona en los niveles más populares.
Con este escenario los productores se encuentran atravesados por la incertidumbre y en los grupos de WhatsApp los pequeños productores se mantienen en un silencio expectante.
La necesidad de una representación
“Necesitamos de una institución que haga. Y referentes del sector que se reúnan con todos los que pertenecemos a esta producción. Que hable con el colono, hable con los políticos, los empresarios y con los que haga falta para mejorar la situación de los que estamos trabajando en relación a la yerba”, expresó Delia Barboza, una productora yerbatera de Colonia Tambor de Tacuarí en la localidad de San Vicente, en Misiones.
Con sus 76 años, Delia cuenta que aún goza de todas las mañanas al despertar, salir a recorrer su yerbal y que ve la situación con mucha desolación: “los productores no tenemos la cultura de salir e ir a negociar y menos de hacer una protesta. Somos de reunirnos a hacer una asamblea, pero nos faltan personas que peleen por el sector y ahí tenemos que estar apoyándonos”, expresó.
Además, cuenta que en su chacra diversificada tiene 12 hectáreas de plantaciones de yerba y que para ella esa producción significó una gran inversión, motivo por el cual aún no vende su cosecha a ningún secadero.
“A la yerba no la tenes que estar plantando todos los años, basta con que la cuides y listo, pero si querés tener un rendimiento hay que trabajar en serio. Eso implica tiempo, esfuerzo y dinero, y eso tiene que tener su recompensa. El INYM marcaba al productor ese valor y ahí no perdías capital. Ahora en los grupos de WhatsApp te dicen, hay que esperar a que suba, o que vaya a negociar y a mi edad no puedo”, se lamentó.
Delia hace un llamado a que el sector se consolide para transitar este momento de incertidumbre:
“Por nuestra incapacidad de unirnos, vamos a perder mucho. El problema es que nosotros ahora no sabemos si el pago por kilo de la hija verde va a aumentar o si se va a quedar así. Con esta situación estamos a la deriva. Hasta podemos volver para atrás y ahí nos van a hundir más todavía”, manifiestó.
La yerbatera preocupada por el momento que vive el sector fue de las que se manifestó a favor de la regulación de la materia prima de la yerba mate.
“Nosotros somos hormigas debajo de las patas de los elefantes. juntos somos fuertes, pero si cada quien piensa individualmente los grandes no van a aplastar. Sí no va a haber nadie que regule nuestra producción, no va a haber nadie que regule nuestro precio, en cualquier momento no va a haber más pequeños productores que planten yerba. Vamos a desaparecer”, concluyó compungida.
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