Son alentadores los primeros datos del “Relevamiento de mamíferos en plantaciones de yerba mate (Ilex paraguariensis) de Misiones”, que realiza la investigadora Paula Cruz (CONICET, UNAM, IBS y CEIBA) con el apoyo del Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM).
El relevamiento se enmarca en las acciones que el INYM lleva adelante para afianzar la producción de yerba mate en armonía con la conservación de los bienes naturales nativos en Misiones y Corrientes, la zona productora. La idea es conocer si efectivamente los mamíferos están presentes en los yerbales y de ser así, si la plantación desempeña un rol de corredor verde entre zonas con Selva Paranaense, consolidando la producción agroecológica.
El estudio consta de la toma de datos a campo, que ya concluyó, y el próximo paso será la sistematización, análisis y conclusión de la información recabada.
“Para estudiar los mamíferos que usan las plantaciones de yerba mate diseñamos un relevamiento con cámaras trampa en áreas rurales con producción de yerba mate bajo sombra y en cultivos de yerba mate bajo sol. Al mismo tiempo relevamos áreas de bosque nativo como control”, destacó Cruz en su informe.
Fueron dispuestas 134 estaciones de muestreo, distribuidas en gran parte de la provincia de Misiones, abarcando 24 municipios. En total, fueron relevados 46 sitios de bosque nativo, 44 yerbales bajo sombra (cobertura arbórea) y 44 yerbales bajo sol.
“Cada estación de muestreo consistió en una cámara-trampa funcionando las 24 horas, durante 30 días continuos como mínimo”, señaló la investigadora. “El muestreo de campo se realizó en 6 etapas. En cada etapa se seleccionaron 20 sitios (6 o 7 de cada ambiente), intentando cubrir toda el área de estudio en cada una de las etapas. Al finalizar cada etapa, se retiraron las cámaras trampa del lugar, se bajaron las fotografías a una computadora portátil y se colocaron las cámaras en los nuevos 20 sitios de la siguiente etapa. Los registros fotográficos serán clasificados y entrados a una base de datos”, detalló.
Cruz recalcó que “también hemos cumplido con el objetivo de realizar las mediciones de vegetación en cada sitio de muestreo y realizar una entrevista a cada productor visitado para conocer el manejo de la chacra en general y del yerbal en particular”, y aclaró que “los datos obtenidos mediante estas técnicas de muestreo serán analizados en la siguiente etapa del proyecto”.
Así, en las primeras dos de las cuatro etapas de la investigación, mediante el relevamiento con las cámaras trampa se obtuvieron más de 150.000 fotografías, las cuales también serán procesadas en la siguiente etapa del proyecto, mediante la técnica de etiquetado de metadatos.
Sin embargo, contó Cruz, “ya hemos constatado la presencia de numerosas especies de mamíferos en los yerbales como zorro de monte (Cerdocyon thous), tirica (Leopardus guttulus), yaguarudí (Herpailurus yagouaroundi), corzuelas (Mazama sp.), coatíes (Nasua Nasua) y especies exóticas como la liebre europea (Lepus europaeus) y perro y gato doméstico”.
En la próxima etapa del proyecto se analizarán los datos obtenidos a campo, y con esa información se realizarán los distintos análisis propuestos. Se estimará la abundancia de las distintas especies registradas y se analizará a nivel de comunidad si existen diferencias entre los tres ambientes estudiados (bosque nativo, yerba bajo sol directo y yerba bajo cobertura).
“Para las especies con mayor cantidad de registros, se analizará la ocupación, utilizando las variables del entorno, y así poder comprender cuáles variables son las que determinan la presencia y ocupación de esas especies en las plantaciones de yerba mate”, concluyó Cruz.
Sobre la importancia en términos ambientales, la profesional explicó que “el Bosque Atlántico de Argentina, ubicado en Misiones, es una de las áreas con mayor biodiversidad del país”, y en ese marco, “el cultivo de yerba mate agroforestal podría ser una alternativa de producción “amigable” con los mamíferos medianos y grandes, mejorando la conectividad entre parches de bosque nativo o incluso pudiendo funcionar como hábitat adecuado para algunas especies”.
Paula Cruz es investigadora asistente vinculada al CONICET, la Facultad de Ciencias Forestales (UNaM), el Instituto de Biología Subtropical (IBS) y el Centro de Investigaciones del Bosque Atlántico (CeIBA).
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