“Sistemas agroforestales con yerba mate” fue uno de los ejes de la 2 Jornada de Divulgación Científica en Producción de yerba Mate, organizada por el INYM, el INTA, la UNAM y el Ministerio del Agro y la Producción, los primeros días de marzo, en Eldorado.
Las conclusiones de los estudios son alentadoras: En la superficie donde confluyen yerba mate y otros árboles nativos se mantuvo la productividad, se observa una mejor calidad y sanidad de la hoja, se promueve mayor fertilidad e infiltración de agua de lluvia en el suelo, un mejor aprovechamiento de la radiación solar disponible y se generan recursos alimenticios y maderables.
Así, el trabajo titulado “¿Hay cambios en la productividad de plantas de yerba mate bajo la cobertura de diferentes especies forestales?”, revela que “el rendimiento de las plantas de yerba no se ve afectado por la presencia de las especies forestales”, mientras que la investigación titulada “Árboles maderables y de uso múltiple en combinaciones Agroforestales con Ilexparaguariensis” señala que “las plantaciones mixtas benefician en una mejor calidad de hoja de yerba mate para la cosecha anual, así como la sustentabilidad de la productividad en el tiempo”.
Sobre las investigaciones, dialogamos con la ingeniera forestal Beatriz Eibl.
-En el actual escenario donde el clima se presenta con eventos extremos (lluvias torrenciales, sequías, granizo, olas de calor) y donde parte del suelo está degradado, ustedes proponen incorporar a la yerba mate otras especies arbóreas para lograr una buena producción y también para obtener otros beneficios económicos.
B. Eibl. Los árboles, diversos, en el yerbal optimizan la calidad del producto, restauran el suelo por la exploración de las raíces y el aporte de nutrientes, y facilitan la infiltración del agua de lluvia.
También permiten incorporar a la chacra otros productos, algunos en lo inmediato, como frutas, flores para el paisaje y para las abejas, facilitando la presencia de aves que ayudan en el control de plagas y generando ambientes que disminuyen las enfermedades, además de productos maderables a mediano y largo plazo.
De la misma manera, la presencia de otras especies arbóreas contribuye a contar con hierbas más frescas, que pueden ser alimento para los animales y disminuyen la utilización de productos para el control de malezas.
Es decir que las plantaciones mixtas aportan una mejor calidad de hoja de yerba mate para la cosecha anual, y dan sustentabilidad a la productividad en el tiempo.
– ¿Esas conclusiones son en base a estudios realizados en predios donde hay yerba mate y otros árboles nativos?
B. Eibl. Si. Tenemos ensayos instalados desde el año 1991, donde combinamos diferentes especies de árboles y vemos cuál es la diferencia de productividad de hojas de yerba en función a si la tenemos con árboles o sin árboles.
Hemos registrado y hay trabajos publicados, que muestran que no hay una menor productividad por planta en hoja de yerba con respecto a las parcelas de yerba sola y si, que mejora la calidad y la sanidad de la hoja cuando está bajo los árboles.
También estudiamos el suelo; vamos evaluando la calidad del suelo a medida que pasa el tiempo. Vemos que los árboles imprimen una diferencia en cuanto a estructura, la formación nutricional, la materia orgánica y la permeabilidad que tiene este suelo para absorber el agua de lluvia.
¿Cuáles son esos árboles?
B. Eibl. Tenemos que pensar en árboles para lograr una estructura de sombra que genera un microambiente que beneficia a todo el sistema de yerba mate, y que no obstaculice la actividad principal, que es la generación de hoja verde.
Según nuestras experiencias, las especies indicadas son palo rosa, araucaria, guatambú blanco, cedro, peteribi, lapacho negro, lapacho amarillo e incienso, las que conocemos como “madera de ley” y actualmente ya no están disponibles en el mercado, razón por la cual las plantaciones productivas de estas especies combinadas con la yerba, generarían un mercado de madera valiosa y almacén de carbono, en el tiempo.
Actualmente algunos de estas especies se encuentran en condición de vulnerables o amenazadas, otras declaradas como monumento provincial, otras son raras naturalmente y por ello se propone un sistema de certificación de plantaciones que abarca la trazabilidad del producto, desde el origen de la semilla utilizada para la producción de las plantas nativas en el vivero, a los fines de facilitar su futuro aprovechamiento tanto para maderables, como otros usos.
Otras especies indicadas para la conformación de doseles de diferentes estratos en sistemas agroforestales son pindó, loro blanco, cancharana, palmito, cerella, laurel amarillo, cacheta y sabuguero, que presentan características de crecimiento monopódico y desrame natural y el desarrollo de un fuste maderable que se beneficia cuando son plantadas en condiciones mixtas, además de sus aptitudes múltiples como melíferas, alimenticias, paisaje y restauración.
Especies como curupay, timbo colorado, viraro, caña fistola entre otras, también son recomendadas por ser heliofitas (toleran plantación a cielo abierto) su rápido crecimiento, la calidad de la madera y los aportes de nutrientes al suelo , aunque se deberá considerar su crecimiento simpodico (amplia copa en v), que ocupa una mayor superficie en el dosel.
Usted siempre enfatiza en la necesidad de cuidar las plantas nativas de yerba mate.
B. Eibl. Si. Recomendamos a los productores que empiecen a mirar qué tienen en sus chacras, en el monte, que observen si tienen plantas nativas de yerba. Esas plantas son muy importantes, tenemos que conservarlas porque cuentan con el material original de la yerba y hay que conservarlas en sus lugares naturales. Estos son los bancos de germoplasma al que podremos recurrir en busca de materiales que contengan la diversidad genética natural de la especie y trabajar con la conservación y el mejoramiento según requerimientos.
La investigación “Árboles maderables y de uso múltiple en combinaciones Agroforestales con Ilexparaguariensis” fue liderada por Eibl, de la Facultad de Ciencias Forestales de la UNAM y de la Red Viveros de Nativas REVINA, junto a Florencia Montagnini, de la Universidad de Yale; Marcelo de la Vega y Jorge Cortés, del Instituto Nacional de Semillas; Carolina Enebelo del Ministerio de Ecología, y Guillermo Reutemann de la de la Facultad de Ciencias Forestales de la UNAM y del Ministerio del Agro y la Producción de Misiones.
En tanto, el estudio “¿Hay cambios en la productividad de plantas de yerba mate bajo la cobertura de diferentes especies forestales?”, es de autoría de Fermín Gortari; Hernán Sosa, de la Facultad de Ciencias Forestales (UNaM) y CONICET; Martín Pinazo, CONICET; Nardia Bulfe, del INTA Montecarlo; y Corina Graciano, de Facultad de Ciencias Agrarias y Forestales y CONICET.
En el mismo, se recuerda que “la yerba mate (Ilexparaguariensis Saint Hilaire) es una especie arbórea propia de la Selva Paranaense” que “naturalmente, crece en los estratos intermedios de la selva, donde las condiciones de luz (intensidad y calidad), la temperatura y la demanda evapotranspirativa de la atmósfera están reguladas por el canopeo (cobertura de la copa de los árboles)”. Mientras que “en el sistema actual de producción, el monocultivo de la yerba mate, “no existe ese dosel superior y por lo tanto las plantas están expuestas a mayores intensidades de luz, temperaturas y demanda evapotranspirativa”, continúa.
De ahí que el equipo de investigadores optó por evaluar el rendimiento de las plantas de yerba mate en condiciones de cultivo bajo cobertura (acercando a su condición natural, original, dentro de la Selva) y compararlas con el monocultivo, concluyendo que “el rendimiento de las plantas de yerba no se ve afectado por la presencia de las especies forestales”.
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