La hoja verde valía 60 centavos de dólar: $210 con un dólar oficial a $380. Actualmente vale $300 el kilo con un dólar a $924, equivale a US$ 0,32. El volumen anual de 800 millones de kilos alcanzaba US$ 480 millones y ahora apenas a US$ 260 millones. La falta de precio mínimo erosionó la rentabilidad de 13 mil colonos.
La hoja verde de yerba mate perdió la mitad de su valor en dólares en los últimos siete meses, pasando de 60 centavos de dólar en noviembre a solamente 32 centavos en junio de este año. Para todo el mercado de producción, que alcanza unos 800 millones de kilos al año, representa una pérdida de más de 220 millones de dólares perjudicando a una población de 13 mil productores.
La razón principal de este deterioro del precio es el DNU 70/2023 que eliminó la función que tenía el Instituto Nacional de la Yerba Mate de fijar el precio mínimo para que de esta manera se garantice la rentabilidad de los agricultores.
Y el segundo motivo es la devaluación del 12 de diciembre pasado, que pasó el precio del dólar oficial de $400 a más de $800, causando una depreciación violenta de la moneda, situación que se habría podido corregir actualizando el precio mínimo, algo que ya no se puede.
Desde diciembre el precio de la hoja verde y de la yerba canchada se fija por oferta y demanda, lo cual pone en situación de desventaja a 13 mil productores que elaboran hoja verde frente a un oligopolio de 10 grandes molinos que compran el 80% y unos 200 secaderos. En este escenario, los molinos fijan el precio.
Pero además usaron otras estrategias para “tirar el precio abajo” como comprar grandes cantidades de hoja verde a Brasil y Paraguay, a menor precio, dejando de comprar a los productores locales y obligándolos a vender más barato. O haciendo que dejen de pedir actualización del precio.
De hecho, el plan resultó porque en enero las asambleas de yerbateros pedían $500 por kilo y en la actualidad, después de 40 puntos de inflación, se conforman con que les paguen $300.
La pérdida en números
En noviembre pasado, a $210 el kilo de yerba y con el dólar oficial a $380, el precio traducido a dólares alcanzaba los US$ 0,60.
El mercado de la hoja verde mueve 800 millones de kilos al año, que en noviembre pasado valían US$ 0,60, totalizando US$ 480 millones, para una población de unos 13 mil productores, distribuidos entre Misiones y Corrientes, pero la gran mayoría, casi el 90% está en la Tierra Colorada.
En junio de 2024, el precio de la hoja verde ronda los 300 pesos, con un dólar oficial a 924, quedando el precio del kilo, en dólares, a 0,32 centavos.
Si se calcula el global, con el mismo mercado de 800 millones de kilos de hoja verde, siete meses después se llega a la conclusión de que el mercado va mover este año unos US$ 256 millones. Hay una pérdida palpable de unos 220 millones de dólares que no se explican dónde fueron, pero no irán al bolsillo de los productores.
Compran menos yerba
El productor de yerba y té Cristian Klingbeil explicó a PRIMERA EDICIÓN que el panorama está muy difícil y las proyecciones no son alentadoras para los yerbateros. “Muchos secaderos están parando, no tienen más lugar donde meter la yerba canchada”, dijo.
“Hablé con varias cuadrillas que dicen que les restringieron mucho los cupos, por ejemplo aquellas cuadrillas grandes que les recibían dos cargas por día, de 18 o 20 mil kilos, ahora les reciben solo 8 o una carga de 20 mil kilos, entonces las cuadrillas están volviendo a mediodía a la casa, eso también perjudica a los tareferos porque ahora es la cosecha gruesa donde mejor diferencia pueden sacar pero no están trabajando como esperaban”, explicó.
Agregó otro ejemplo: “Una de las cosas que nunca nunca vi fue que los secaderos paren un feriado, es algo inédito, este feriado avisaron que no abren y no reciben yerba y siempre se trabajó, sea 25 de mayo o 9 de julio. Siempre si el tiempo acompañaba se cosechaba yerba y el secadero te recibía”.
“Son señales que, desde mi punto de vista, nos obligan a analizar en frío que estamos entrando en una época difícil”, sostuvo el expresidente de APAM.
Y aclaró que el argumento es que “los molinos están llenos, tienen stock. No sabría decir si es verdad o no porque no entré a un molino. Pero la compra de yerba canchada está cupificada como nunca, por ejemplo: al que le recibían tres cargas por semana ahora le reciben una carga cada 10 días”.
Y por último dijo que no hay certeza de que se haya cumplido la resolución 170 del INYM que estableció limitaciones a las nuevas producciones, para evitar sobre stock. Justamente, si hay nuevas plantaciones que aportan yerba sin control, la situación es que los molinos necesitarán comprar menos.
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