La competencia con Entre Ríos podría acentuarse mucho más, ya que esa provincia no podrá ubicar sus mandarinas en sus clientes de Rusia ni Ucrania, por la guerra.
El sector citrícola de Misiones, en Emergencia desde hace tres años, tiene ahora, en plena zafra, derrumbado su mercado de precios y todavía le queda afrontar la competencia de las provincias vecinas, que podrían tener sobrestock a causa de la invasión rusa a Ucrania: ambos países eran sus principales compradores.
Ese es el complejo panorama que graficaron a PRIMERA EDICIÓN los citricultores locales, para quienes ni siquiera tiene sentido hablar del mercado y de precios cuando la fruta está para cosechar, pero se agudiza la falta de personal que acepte trabajar en blanco registrado, ya que lo que se puede pagar por cajón al personal es demasiado poco y una mayoría importante opta por no rentar su mano de obra.
“Para colmo, el mercado interno está muy difícil. Nosotros tuvimos una gran sequía y tenemos un problema muy serio de tamaño para todos los cítricos, tanto la mandarina como el pomelo que estamos sacando muestras para fábrica. No se llega con los requerimientos de dimensiones. Por otro lado, dentro de lo posible la carga es normal”, confió Jorge Krausseman, de la Asociación de Citricultores del Alto Paraná. Así y todo, las lluvias de los últimos días aportan esperanzas al sector.
“Las mandarinas okitsu (tempranas) todavía van a quedar en planta por dos motivos: la escasa producción y su reducido tamaño, para los citrícolas no tiene sentido cosecharlas en ese estado”, prosiguió Krausseman .
Y se explayó: “Estos factores dificultan enormemente la cosecha porque el mercado argentino busca el tamaño grande de fruta al que está acostumbrado, el panorama lejos de abrirse sigue siendo sumamente complejo porque además el poder adquisitivo de la gente sigue siendo muy bajo”.
Una de las variables que más los deja con la “soga al cuello” es que los precios con el dólar oficial, a valores internacionales se mantienen o están por debajo con respecto al año pasado.
En ese sentido, para los productores de cítricos, “los números son cada vez más negros, porque la inflación supera por mucha diferencia al dólar oficial”.
Por el momento, dejó de ser un problema muy grave la naranja que entraba de Entre Ríos, pero como esa fruta ya está siendo escasa en esa provincia, mermó la competencia desleal que significaba para los productores locales.
El “dolor de cabeza” que avizoran para el futuro cercano será con la mandarina, ya que abril es temporada plena y además la situación hidrológica en esa región no fue la misma que en Misiones, porque allá tuvieron muchas más lluvias y con más anticipación a las caídas aquí.
Incluso, como para esa provincia productora también se complicó la exportación, ya que Rusia y Ucrania era sus mercados, no sería sorpresa que se ingrese en la tierra roja lo que no puedan ubicar en otros mercados.
Números en rojo
La producción de mandarinas y naranjas deberá afrontar la actual cosecha con números en rojo y costos sujetos a la inflación. Sin embargo, para el delegado general de UATRE Leandro N. Alem, Adolfo Zabal, la falta de stock podría mejorar los precios, porque a menor oferta mayor demanda.
Consultado también por la falta de mano de obra que, en general, se invoca en el relato de muchos citrícolas a la hora de reseñar el mercado, Zabal defendió a sus pares asegurando que muchos de ellos no aceptan rentar su mano de obra por el precio que les quieren imponer los patrones.
“Como trabajadores no cierran los números: se está queriendo pagar entre 8 y 10 pesos por cajón, eso hace que obviamente se vaya perdiendo incentivo y eso se debe decir, porque también es una de las razones por las cuales se derrumba el mercado”, dijo.
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