“Todos los aumentos, en especial de combustible y energía eléctrica nos están castigando”, se señaló desde la APAM. Productores de la cuenca de Campo Viera y San Vicente deciden esta semana si llevarán sus asambleas a las rutas para reclamar medidas.
Un cierre del año muy complicado avizoran los productores de yerba mate y de té, e incluso estos últimos se están organizando para realizar una fuerte protesta en toda la región productora y reclamar a la Nación “urgentes medidas para el sector”.
“Los productores de té venimos corriendo muy atrás de la inflación, ya perdimos el año pasado y seguimos perdiendo ahora. Todos los aumentos, en especial de combustible, nos están castigando muy fuerte. También la mano de obra, al igual que otros productos de cosecha, tuvo un incremento muy significativo y la verdad es que estamos muy lejos de tener un precio que nos permita trabajar con cierta tranquilidad”, dijo a PRIMERA EDICIÓN el productor y dirigente de la Asociación de Productores Misioneros, APAM, Cristian Klingbeil.
El dirigente confió a este Diario que los colonos de las zonas productoras se están organizando para llevar adelante una protesta “para ser escuchados por la Nación”.
“Tenemos la expectativa de que en algún momento el Gobierno nacional entienda la situación de las economías regionales y que tome medidas que nos permitan trabajar un poco más tranquilos”, acotó el productor.
Y enfatizó: “Esta semana va a haber asambleas del sector tealero en Campo Viera y San Vicente, de donde saldrá alguna decisión de las bases para una protesta prevista para antes que termine la primera quincena de diciembre”.
En ese mismo orden, el dirigente de la APAM declaró que “no vamos a cortar las rutas, pero sí esperamos convocar a toda la cadena y referentes de los productores, prestadores de servicios y secaderos para hacernos oír”, contó.
Consultado sobre la modalidad, el hombre explicó que “la forma de protesta saldrá de esas asambleas, que podría volcar las asambleas al costado de las rutas, porque nos urge plantear nuestros problemas y ser escuchados”.
“Si bien es cierto que hay algunas cuestiones que dependen de la Provincia para mejorar, la verdad es que necesitamos que el Gobierno nacional modifique cuestiones fundamentales que son de su incumbencia, como por ejemplo el valor del combustible y la energía eléctrica, teniendo en cuenta que nuestra región no tiene gas natural y paga los precios más altos del país por esos recursos energéticos para poder producir”, amplió Klingbeil.
Enojo
Uno de los detonantes de la protesta tuvo que ver con la medida tomada al respecto del dólar soja.
“Nuestros productores quieren expresar el enojo que provocó que a la soja le den un valor dólar de $230 mientras que el nuestro sigue valiendo $160. El sojero siendo ‘oligarca y antipatria’ para el Gobierno nacional, nos hace preguntarnos ¿qué somos nosotros?”afirmó.
Y aseguró que “todo esto que está pasando nos tiene con mucha bronca, considerando que los sojeros con 50 personas cosechan 15 mil hectáreas de soja, mientras que nosotros para cosechar la misma cantidad de hectáreas de té, necesitamos una persona por hectárea, entre los que cosechan, limpian y el personal del secadero”, comparó.
“El derrame que tiene nuestra producción en la economía regional es mucho más grande, pero con las medidas que toma el actual Gobierno sólo podemos pensar que le interesa el dólar para el Banco Central y no le está importando mucho la situación social de algunas provincias”, cuestionó.
“Hay mucha bronca, por eso estamos analizando entre todos los sectores de la producción tealera qué pasos seguir porque cada día se hace más imposible continuar con la actividad”, insistió.
El clima, otro factor negativo
A la suma de todas las complicaciones, otro factor que viene influenciando negativamente y mucho a los productores primarios tiene que ver con las condiciones meteorológicas, ya que de acuerdo a los pronósticos, habría nuevamente una sequía muy pronunciada durante el verano 2023.
“Todos los mapas meteorológicos muestran una merma de precipitaciones, que por el bien de nuestro sector, que como ya dije viene absolutamente castigado, esperemos que no sea tan así y que tengamos lluvias lo más normales posibles y que mínimamente el buen tiempo nos acompañe”, finalizó.
El panorama yerbatero también está “complicado”
Los productores de yerba, en tanto, aunque están un poco mejor que sus colegas del té, comenzaron un 2022 muy complejo por causa de la sequía, que disparó los precios de mercado a $60 por kilo, pero en el fin de la zafra de invierno, la cosa comenzó a enturbiarse. Primero porque el pago se recibía con cheques a plazos muy largos.
“Si bien después se logró un buen precio de referencia, la verdad es que estamos muy preocupados por lo que se viene en 2023. Este mes vamos a ir monitoreando los precios, pero todo indica que vamos a entrar en un amesetamiento porque está sobrando yerba“, contó a este Diario el dirigente de la APAM, Cristian Klingbeil.
De acuerdo al productor “hay un stock muy grande en los depósitos y la verdad es que nos está dejando muy preocupados cómo puede llegar a ser el futuro de los productores con respecto al precio, ya que encima debemos afrontar aumentos considerables en la mano de obra para todos los trabajos rurales, por mencionar sólo uno de los aspectos de la inflación y suba de precios”.
“Lamentablemente la materia prima no está acompañando el aumento que necesitamos para poder afrontar los aumentos de los jornaleros”, aseguró el productor.
El balance del año en ese sentido para el colono que produce el “oro verde”, si bien no fue uno de los peores, tampoco se puede decir que están en una buena situación.
De por sí, a todos los factores económicos del país (inflación, precio del dólar, escasez de gasoil y en algunos tramos de la zafra también la imposibilidad de contratar a la mano de obra), se sumaron los meteorológicos ya que, primero la sequía (durante el verano) y luego las abundantes lluvias (durante otoño) afectaron seriamente el bolsillo del productor, que todavía no encuentra una base certera de dónde se está parado con miras al año entrante.
Por ahora, lo único cierto es la “incertidumbre” de la mano de una economía frágil con elevada inflación, altos costos y de molinos con mucho stock, lo que podría volver a pulverizar los precios de mercado por la baja en la demanda.
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