Desde la entidad confirmaron que la semana pasada recibieron el primer lote de mil aves autorizado por el Senasa, aunque denunciaron que algunas de ellas murieron de estrés porque Rentas tardó más de dos horas en permitir el ingreso a la tierra colorada.
Tras prácticamente un 2023 que casi la lleva a la quiebra debido a las restricciones por la gripe aviar y con gran parte de los productores buscando ingresos a través de otra actividad, la Cooperativa de Trabajo Integral Wanda Limitada finalmente recibió el primer lote de pollitos autorizados por el Servicio de Control Animal (Senasa), aunque desde la entidad denunciaron que el operativo que trasladó a las aves finalizó con algunas de ellas muertas y responsabilizaron a la Dirección General de Rentas (DGR) por lo ocurrido.
“Recibimos mil pollitos pero la verdad es que sigue siendo muy negativo todo”, señaló en evidente tono de resignación Samuel Doichele, secretario y principal vocero de la cooperativa.
En diálogo con PRIMERA EDICIÓN, explicó que su decepción era porque los pollitos llegaron desde Entre Ríos como estaba previsto, pero hubo un contratiempo con el que no contaban.
“Cuando llegaron al ingreso a la provincia, Rentas los retuvo durante dos horas hasta que se hicieron presentes autoridades del Senasa e intervinieron”, explicó.
Ese tiempo de espera tuvo consecuencias catastróficas entre los animales. “En esas dos horas los pollitos bebés se estresaron y algunos murieron”, lamentó Doichele, a la vez que sostuvo que no es la primera vez que ocurre un episodio de este tipo con la DGR.
“Es muy grave lo que hace Rentas. Yo ya peleé con ellos por esto porque una vez hicieron morir 1.500 pollitos de la misma manera. Es maltrato animal lo que hacen”, apuntó.
Incertidumbre acerca del futuro
El traslado de este primer grupo de pollitos comenzó a gestarse cuando en julio pasado este Diario contó que la cooperativa estaba a punto de cerrar sus puertas debido a que no podía producir. Días después a esa noticia, el Senasa anunció el acuerdo, que terminó por materializarse días atrás.
No obstante, Doichele anticipó que para recuperar la cadena avícola, se necesitaría el traslado de pollitos cada 15 días por lo menos. Y agregó que para que esto ocurra, el Senasa exige que se habilite una planta de faena, algo que es potestad de la Provincia, más precisamente de “los ministerios del Agro, Ecología, Salud Pública e Industria”.
“El proceso de los pollitos bebés implica que hay que esperar 60 días para poder faenarlos, siempre y cuando los recibamos cada dos semanas. Si no nos habilitan la planta de faena, todo el esfuerzo fue en vano”, apuntó.
“Nosotros presentamos una nota al Ministerio del Agro. Les mandamos mensajes cada tanto, pero no creo que haya respuestas antes de fin de año. Ya no tenemos por dónde insistir. Es muy bravo todo”, acotó.
Deudas
Como reveló en su momento este Diario, la situación económica de la cooperativa es muy delicada debido a que justo antes de las medidas restrictivas del Senasa, hubo una gran inversión por parte de empresas y fundaciones privadas lo que en consecuencia generó toda clase de compromisos financieros que han endeudado a la entidad y a los productores miembros de la misma.
De acuerdo a las estimaciones que el propio Doichele detalló a PRIMERA EDICIÓN, que la deuda es en parte en dólares y alcanzaría en total unos 40 millones de pesos.
De 156 productores a uno solo
La Cooperativa de Trabajo Integral de Wanda nació en 2011 de la mano de exproductores trabajadores que decidieron cambiar de actividad. Al principio eran tan solo 10 familias las que conformaban esa actividad, aunque ese número fue aumentando considerablemente con el correr de los años.
“Antes de las restricciones, teníamos 48 familias que producían pollo y ponedoras. Pero después hay familias que se suman con la producción de maíz y el estiércol, que se comercializa para distintos cultivos como frutales y verduras. En total teníamos 156 familias en la cadena avícola dentro de la cooperativa”, explicó Doichele.
Sin embargo, debido a la paralización de la cooperativa y a la propia normativa del Senasa, los mil pollos que ingresaron la semana pasada serán destinados únicamente a un productor.
“Es lo más triste de todo. Para que el productor reciba los pollitos tenía que tener el gallinero. Como esto es algo muy costoso, entre todos los productores ayudamos para invertir en uno. Así que por ahora solo una familia va a poder producir”, aseveró Doichele.
El secretario de la cooperativa lamentó que durante estos meses fueron muchos los jóvenes los que venían apostando por la chacra y decidieron cambiar de actividad ante la incertidumbre.
“Queda un pequeño grupo de jóvenes que aún están firmes”, señaló como positivo. Aún así, consideró que “el año ya está perdido”.
Cabe recordar que el Senasa habilitó en mayo de este año el ingreso libre de pollos bebé a Misiones, es decir el tráfico interprovincial de los mismos, siendo la primera jurisdicción del país en contar con esa autorización.
Actualmente ingresan cada quince días, como lo hacían anteriormente y cada productor inscripto recibe hasta 70 aves.
Sin embargo, antes de las restricciones, la cooperativa llegaba a producir 20.000 pollos mensualmente, los cuales eran distribuidos entre los comercios y supermercados de la zona.
Pero con las inversiones que se hicieron mediante la toma de deuda, la cooperativa había elevado su capacidad de producción a 30 mil pollos mensuales.
“Nuestros clientes siempre nos preguntan cuándo vamos a tener de nuevo los pollos a la venta”, dijo en su momento Doichele, quien sostuvo que la cooperativa tenía una producción con mucha demanda por parte de los clientes.
“Los consumidores van al mercado y piden por nuestro pollo. Como no lo encuentra, nos escriben directamente. El problema es que no le podemos dar ninguna fecha estimada porque eso no depende de nosotros y es algo muy incómodo”, concluyó el referente de la entidad.
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