Un matrimonio de Apóstoles comenzó a trabajar con la miel como salida laboral extra y desde hace 25 años endulzan la mesa de miles de misioneros. Optimizando recursos, con la cera de las abejas producen velas.
Los apicultores locales, Miguel Juan Huk y Delia Sadaniowski, se hicieron conocer de a poco en su Apóstoles natal y luego de un comprometido trabajo de más de 25 años, para emprender con la producción de miel, ya ocupan un lugar destacado en las ferias francas con sus productos naturales.
Al principio, Miguel Huk, docente jubilado del Instituto Gentilini, tuvo la idea de incrementar sus ingresos extra en el hogar mediante la producción de sus colmenas y de a poco la actividad fue ocupando un rol central dentro de la familia.
A través de los años, los productores fueron mejorando no sólo en la calidad sino también en la presentación de sus productos y actualmente encontraron una veta más en la producción de velas de miel.
Parte de la producción se lleva a cabo en la localidad de Las Tunas y la otra parte, ni bien termine el frío será trasladada a una chacra cercana.
La familia no está ajena a la crisis económica del país y en los últimos tiempos hace de todo para bajar los costos de los materiales e insumos a fin de no parar la actividad.
Como Miguel tiene habilidades de artesano carpintero se las ingenió para construir los cajones con madera de eucalipto a fin de abaratar costos porque de por sí conseguir la seda ya es muy caro y ellos pretender seguir manteniendo la calidad y los precios.
Ahora que el padre de familia se jubiló y como aspira a convertir la apicultura en su actividad principal se está preparando con todo.
“Comenzamos esto como ayuda a los ingresos para cubrir los gastos de estudios de nuestros hijas, que ahora son universitarias. Para ayudar a pagar sus estudios, ellas comenzaron a vender, por lo tanto cada uno cumple un rol muy importante para que todo funcione”, destacó Delia en diálogo con Eco&Agro.
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