Ananá misionero: innovación, manejo y expansión de un cultivo en crecimiento

El ananá gana protagonismo en el norte de Misiones. En la zona de Comandante Andresito ya son nueve los productores que apuestan a este cultivo, con unas diez hectáreas destinadas a la producción comercial. Aunque la superficie todavía es reducida, el avance se apoya en nuevas tecnologías y en el acompañamiento técnico del INTA.

Uno de los principales cambios en el manejo es el uso de mulching plástico, una práctica que permite controlar malezas, conservar la humedad del suelo y reducir la pérdida de nutrientes. Junto al armado de camellones y una fertilización adecuada, estas técnicas favorecen plantas más sanas, parejas y frutas de mejor calidad.

Desde el INTA, destacan que la clave del cultivo está en elegir bien el plantín, cuidar la sanidad y preparar correctamente el suelo. Ensayos recientes muestran buenos resultados cuando se aplican prácticas integradas, aunque todavía existen diferencias entre las recomendaciones técnicas y el manejo habitual en algunas chacras.

Diversificación

Productores locales, como Germán Oszurkiewicz, encontraron en el ananá una alternativa para diversificar la producción. Con tecnologías simples, como la manta antihelada, y un aprendizaje constante, el cultivo se posiciona como una opción rentable y con buena aceptación tanto en el mercado local como en Buenos Aires.

Con más productores sumándose y mejoras en el manejo, el ananá misionero comienza a consolidarse como una nueva cuenca productiva en el norte de la provincia.

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