LECHUGA MISIONERA: tecnología, organización y trabajo local que dan resultados

En el corazón hortícola de Misiones, la producción de lechuga constituye un ejemplo de cómo la tecnología y el trabajo familiar pueden ir de la mano.

Productores de Gobernador Roca y Corpus, acompañados por equipos técnicos del INTA Santo Pipó, los municipios y el Ministerio del Agro, desarrollaron un modelo local de producción que hoy abastece a los mercados cercanos con hortalizas frescas, de calidad y con identidad misionera.

La clave estuvo en adaptar tecnologías simples a las condiciones del territorio: techos plásticos para proteger del exceso de lluvia, riego por goteo, producción de plantines en bandejas y un manejo del suelo basado en materia orgánica y análisis. Con estos ajustes, los rendimientos alcanzan cifras que sorprenden: hasta 180 toneladas por hectárea al año, con siete u ocho ciclos de cultivo continuos.

Pero el secreto no está solo en la técnica.

Detrás de cada estructura hay familias que trabajan juntas, combinando experiencia, conocimiento y dedicación. Ese equilibrio entre innovación y saber local permite una producción eficiente, rentable y sostenible, fortaleciendo la economía regional sin perder la raíz chacarera.

“No se trata de copiar modelos de otros lugares, sino de construir uno propio que funcione acá”, resumen los técnicos del INTA que acompañan el proceso.

La experiencia de la “lechuga misionera” demuestra que cuando la ciencia se pone al servicio del territorio, los resultados se ven y se sostienen.

Sé el primero en comentar

Dejar una contestacion

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.


*