El campo advierte que los dólares se «secarán» hasta noviembre por la suba de retenciones

Productores y exportadores del sector agroindustrial vaticinan que la liquidación de dólares se paralizará entre julio y noviembre si el Gobierno aplica el aumento de retenciones previsto, lo que genera preocupación sobre el flujo de divisas al Banco Central. “Se van a quedar secos hasta noviembre”, advirtió Andrés Costamagna, directivo de la Sociedad Rural, al advertir que las próximas alícuotas afectarían el ritmo de ventas.

Durante los primeros cinco meses del año, los llamados “agrodólares” mostraron un notable crecimiento: alcanzaron los US$ 11.713 millones, un incremento de 29,5 % frente al mismo lapso de 2024, y se ubicaron como la tercera cifra más alta de la serie. Sin embargo, la clave está en lo que ocurra a partir del 1° de julio, cuando según lo anunciado por el presidente Javier Milei, la retención a la soja trepará al 33 % y al 31 % para sus derivados.

El sector prevé que esta medida provocará una caída abrupta en la oferta de divisas. “El campo ya hizo su colchón durante la baja temporal de retenciones y ahora aguanta hasta noviembre”, explicó Costamagna, señalando que el diferencial de US$ 30 por tonelada estimada en el Rofex desaparecería con la suba, y que los US$ 2.000 millones que normalmente ingresan entre julio y septiembre podrían no concretarse.

La advertencia se suma a otras tensiones cambiarias: la demanda de divisas crece por el aumento de importaciones y turismo, mientras que el déficit de la cuenta corriente ya supera los US$ 5.191 millones. En ese sentido, el Ejecutivo insiste en que el aumento de retenciones es necesario para reducir el déficit fiscal, aunque el costo de renunciar a nuevos ingresos asciende a más de US$ 700 millones .

Por su parte, los productores consideran que ya resultó exitoso mantener las retenciones bajas durante la primera mitad del año. “Hasta acá llegó la baja temporal sin deteriorar el déficit fiscal, por lo que podría haberse mantenido”, cuestionó Costamagna.

En definitiva, la decisión de restablecer tributos elevados plantea un dilema: equilibrar las cuentas públicas versus asegurar un sostenido ingreso de divisas para el mercado cambiario. El campo advierte que, de prosperar la medida, el abastecimiento se contraerá drásticamente en los próximos meses, con el riesgo de presionar al tipo de cambio. El Gobierno, por su parte, busca sostener la estabilidad cambiaria durante el segundo semestre electoral.

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