La baja rentabilidad, el cambio hacia la yerba y la falta de pago de subsidios generaron el freno. Además, piden a Ecología que no use una ley nacional que penaliza los “rozados” que son necesarios para limpiar antes de plantar. Anticipan que en pocos años faltará materia prima para aserraderos y para chips.
Hace unos doce años prácticamente no se realizan nuevas plantaciones de bosque implantado en Misiones, principalmente de pino y eucalipto, y las que se realizan pertenecen a las grandes empresas de celulosa que lo usan para consumo propio. Esto provocará en pocos años la escasez de materia prima para el trabajo de los aserraderos y chip para generar biomasa.
La zona sur sobrelleva la situación trayendo madera de Corrientes pero en el centro y norte es más complicado por la distancia.
A raíz de esto, desde la Asociación de Industriales Madereros Autoconvocados, que agrupa a una importante cantidad de aserraderos de la zona centro, solicitan que el Gobierno provincial tome medidas antes de que sea tarde.
“Ya se encendió una luz roja en la provincia porque hace más de 12 años que no se está forestando, nos vamos a quedar sin materia prima o con muy poca”, explicó a PRIMERA EDICIÓN César Jakimczuk, presidente de los Autoconvocados.
Agregó que “además, la extracción de leña de madera nativa está totalmente prohibida. No hay más guía para eso. Entonces, todos los secaderos trabajan con biomasa, con chip. Pero al no tener materia prima para trabajar en los aserraderos, por supuesto que no va a haber chip para abastecer los secaderos que trabajan con té y yerba mate. La luz amarilla ya habría que haber encendido hace cinco años atrás”.
De hecho, hay varios meses al año donde los secaderos no consiguen chip para trabajar. Ahora, por ejemplo, que se prevé una “súper” producción de yerba, va a hacer falta una gran cantidad de chip para secar.
La situación tiene varios motivos que la llevaron hasta acá: la baja rentabilidad del pino que es una inversión a largo plazo, la falta de pago de subsidios nacionales y el cambio de actividad hacia rubros como la yerba o la ganadería. “Cuando empezó el auge de la yerba, con mejores precios, todo el mundo limpió su pinal, su eucaliptal, para plantar yerba. Hoy, la mayoría de los que eran forestaciones, tiene yerba”, dijo.
Como medida para salir de esta situación Jakimczuk explicó que “los madereros estamos pidiendo algún plan de la Provincia similar a la ley 25.080 (incentivos forestales) o el IFONA (Instituto Nacional Forestal) para que se vuelva a forestar. Si seguimos esperando, va a ser muy tarde. Se podría entregar mudas de pino a los colonos para que vayan plantando y reactiven”, agregó.
“En nuestra zona, por ejemplo: San Vicente, El Soberbio, San Pedro, se ocupaba tierras nuevas, se plantaba mucho tabaco y eso se dejó ‘encapuerar’. Bueno, eso habría que forestar todo, pero ahí tendría que entrar el Estado con una ayuda para los colonos, ya sea con plantines o con limpieza de los lugares para poder ir plantando”, explicó el empresario forestal.
Ley nacional polémica
Pero además, explicó que los madereros están pidiendo un cambio urgente al ministro de Ecología, Martín Recamán: “El Ministerio tiene que dejar de usar la ley nacional que tiene multas altísimas y nos está perjudicando a todos, una ley que ni siquiera permite hacer ‘rozados’ en capueras porque se consideran monte en recuperación. Hoy nadie quiere arriesgarse a limpiar una capuera porque está latente una multa”, señaló.
La Provincia utilizaba una ley provincial (XVI N° 105 Ordenamiento Territorial) que fijaba sanciones más “racionales” y más acorde al tipo de actividad que se desarrolla en Misiones, pero desde la gestión de Víctor Kreimer (exministro) se comenzó a utilizar la ley nacional 26.331 que fija sanciones millonarias”.
“Esa ley fue sancionada en un momento de fuerte polémica por los desmontes en provincias como Santiago del Estero y Salta, por el auge de las plantaciones de soja. Pero es una realidad diferente a la de Misiones. Jakimczuk recordó un caso reciente donde un camionero con postes “sin guía” recibió una multa de más de 70 millones de pesos. “La multa es más alta que el valor del camión”, dijo.
Señaló que ese criterio, de utilizar la ley nacional, es otro impedimento para muchos productores volver a sembrar pino o eucalipto por el riesgo de tener una pena millonaria. “Esa ley ni siquiera permite el rozado, que es la limpieza de la capuera, porque considera al rozado como monte en recuperación. Entonces nadie se anima a plantar”, indicó.
La pena mínima por esa ley oscila en los 50 millones de pesos y se fija mediante calcular cientos de sueldos de la administración pública nacional.
Lo que piden, en conclusión, es que la Provincia elabore un plan de reforestación y que utilice la ley provincial, como antes, dejando de lado la ley nacional a la que Misiones está adherida.
“Las capueras son donde ya se sacó alguna vez el monte y vino pastizal, arbolitos chicos, capuera, como le llamamos nosotros. Bueno, esa ley dice que cualquier capuera es considerada un bosque en recuperación. Entonces eso está penado. Si alguien quiere limpiar una capuera tiene que pedir un permiso rozado, que no están dando. O corre el riesgo de que caiga un inspector del Ministerio de Ecología y le haga una multa”, finalizó el presidente de los Industriales Madereros Autoconvocados.
En el país, Corrientes tiene la mayor superficie de bosques implantados.
La vecina provincia de Corrientes posee más de 500.000 hectáreas forestadas, compuesta con diferentes tipos de especies, en su mayoría pinos y eucaliptus, con la particularidad de poder aumentar su superficie de plantación en un 300% o 400%, lo que la convierte en la provincia con mayor potencial de fijación de dióxido de carbono de la Argentina.
Más de 290.000 hectáreas de superficie forestal se encuentran certificadas. Significa que esas forestaciones se encuentran manejadas bajo un sistema de gestión forestal sostenible, lo que garantiza la compatibilidad del bosque y el ambiente. Esto quiere decir que las forestaciones se realizan bajo manejos responsables, ambientalmente apropiado, y socialmente beneficioso. En ese sentido, la utilización de madera proveniente de bosques cultivados es una forma sustentable de captar el carbono de la atmósfera y fijarlo en productos de uso cotidiano.
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