«Nos estamos fundiendo y la citricultura está desapareciendo»

Así lo señaló el productor citrícola de la zona norte provincial Ricardo Ranger. Indicó que no pueden vender la naranja local porque ingresa mucho producto desde Entre Ríos.

Algunas actividades productivas de la provincia están siendo golpeadas desde hace un tiempo. Varios factores como la venta paralizada, los aumentos de los insumos y la sequía derivan en que los productores se replanteen si deben seguir adelante o no.

Incluso, a través de un informe realizado por Economías Regionales de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) se mostró la presión impositiva en frutas y se detalló que el productor es el único eslabón sin ganancias.

Un panorama de lo que sucede en Misiones lo brindó a PRIMERA EDICIÓN el productor citrícola de la Zona Norte, Ricardo Ranger, quien aseguró que “estamos muy mal. Nos estamos fundiendo mientras estamos laburando”.

Sentenció que “tenemos muy pocas ventas porque entra mucha cantidad de frutas desde Entre Ríos. En cada esquina de Posadas hay frutas entrerrianas”.

En lo que respecta a su producción, remarcó que “las frutas todavía están en la planta porque no podemos cosechar si no hay ventas. Este es el momento más crítico en toda nuestra historia”.

Comentó que, al igual que en otras producciones, la sequía afectó severamente a las plantaciones citrícolas. “La seca nos afectó. No se sabe qué va a pasar porque llovieron sólo algunos milímetros, pero no sabemos cuándo lloverá de nuevo”, indicó.

En este contexto, afirmó que “la sequía le hace mal a las plantas porque la fruta queda blanda, pero lamentablemente no podemos cosechar si no hay ventas”.

Ranger deslizó que “la naranja la vendemos al precio del mercado, pero no podemos comercializar. Todo es un dolor de cabeza”. Señaló que “en Entre Ríos hay súper producción por lo cual tenemos que proteger nuestra producción misionera”.

En cuanto a las ganancias que tiene la producción citrícola, apuntó que “no tenemos ningún tipo de ganancia. Nos estamos fundiendo”. Contó que en su caso “la mitad de la quinta la abandonamos, porque el limón por cuatro años lo vendimos regalado y no podemos seguir así”.

“La citricultura está desapareciendo en Misiones”; y a la vez, criticó que “el Gobierno debería apoyar y eso no pasa. No hace nada. El productor citrícola misionero está por último”, lamentó. Asimismo, mencionó que “se tendría que poner algún impuesto diferencial”, en este caso para la fruta que ingresa desde Entre Ríos.

Por otro lado, manifestó que sumado a todos los puntos anteriores también tuvieron que hacer frente al incremento de los insumos que se utilizan para mantener las plantaciones. “Los insumos aumentaron todo en dólares en el rango del 40%”, remarcó.

El estudio elaborado por el sector de Economías Regionales de CAME reveló que el productor primario es el único eslabón de la cadena de valor de la naranja que no tiene ganancias y explicó que tan sólo el 7,7% del precio que abona el consumidor por un kilo de este cítrico dulce va al productor.

Además, quedó evidenciada la presión impositiva que tienen las frutas. De esta manera, en el informe se señaló que de los $69,8 en los que se vendió el kilo de cítrico dulce en CABA, precio promedio de noviembre 2021, el 21.1% corresponde a ganancias ($14.7); el 36.8% a costos ($25.7) y el 42.1% a impuestos y tasas ($29.4).

En cuanto a las ganancias netas (21.1%), sólo tres de los cuatro eslabones que conforman la cadena las lograron.

Es así que se mencionó que el galpón de empaque obtuvo el 1.4% ($1); el mayorista 8.1% ($5.7) y el minorista 11.6% ($8.1).

En tanto, la presión tributaria del Estado, en sus tres niveles, asciende a 42,1% ($29,4), cuando en el año 2020 había sido de 38,3%.

“La redistribución de la ganancia se concentró principalmente en la comercialización tanto a nivel del operador mayorista (puesto en el Mercado Central de Buenos Aires) como minorista (verdulería e hipermercado de CABA), en desmedro del eslabón más débil, quien inicia el proceso económico”, se mencionó en el estudio.

“Un productor que no tiene ganancias, pese a haber invertido y arriesgado a cielo abierto, no está en condiciones de aumentar su productividad ni reconvertir. Al no ser sustentable en el tiempo, a mediano o largo plazo, es un productor que tiende a desaparecer”, remarcó Eduardo Rodríguez, director del sector de Economías Regionales de CAME.

Hectáreas de naranjas en Argentina

Según los datos, Argentina tiene implantadas unas 46 mil hectáreas de naranja, concentradas en Entre Ríos (más de 1.780 productores), Corrientes (más de 980 productores) y Misiones (más de 220 productores), con una superficie promedio de la quinta de menos de 25 hectáreas, destinándose al mercado interno unas 528 mil toneladas anuales.

Se describió que durante el último trimestre del 2021, CAME analizó la cadena de valor de la naranja fresca desde el productor, ubicado en el caso de estudio en la localidad entrerriana de Chajarí, hasta su comercialización en CABA, bajo modelos de simulación de empresas y comercios. Es así que las etapas de la cadena identificadas fueron:

Producción: implica las tareas de plantación y se incluyen las tareas culturales que año a año se deben realizar -poda, raleo, cosecha y tratamientos fitosanitarios.

Empaque: involucra tareas de traslado desde la chacra hasta el galpón donde se realiza la limpieza, clasificación y encerado.

Operador mayorista: involucra tareas de traslado desde el galpón de empaque, descarga y traslado dentro de las distintas naves del mercado, y comercialización a externos.

Comercialización minorista: supone tareas de compra y traslado desde el Mercado Central hacia el establecimiento de venta, mantenimiento del lugar.

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