El productor Juan Carlos Furlán de Cerro Corá dijo que “no es un abono, es vida”. Indicó que hace falta que la población tenga más información sobre los beneficios.
La lombricultura sigue ganando espacios en Misiones. Muchos productores optan por incursionar en esta práctica, ya que es una alternativa natural para abonar las plantas o los cultivos.
Juan Carlos Furlán de Cerro Corá es uno de los mayores productores de lombricompuestos de la provincia y, en esta ocasión describió de qué se trata la lombricultura y cómo arrancó con la producción.
“El lombricompuesto es la alternativa natural que tenemos para recomponer el suelo para el cultivo. No es un abono, es vida”, aseguró. Expuso que “cuando ponemos el lombricompuesto al suelo ponemos vida, porque es materia viva”.
Furlán emprendió la producción de lombricompuesto en su chacra “El Ceibalito” de colonia Villa Venecia en Cerro Corá, la cual es totalmente orgánica. Tal es así que hace al menos diez años no ocupa fertilizantes ni abonos químicos. El lombricompuesto es “el alma del proyecto de esta granja biodinámica”, indicó.
Con su experiencia de producción de lombricompuesto, Furlán afirmó que es viable para la aplicación en las chacras misioneras aunque es un producto que todavía no es muy difundido.
“Hace falta brindarle más información a la población sobre los beneficios de la utilización del lombricompuesto en la huerta, en las plantaciones de la chacra o en los jardines”, describió y agregó que “se puede utilizar para cultivar cualquier cosa y es lo más sano que hay”.
Hace un año se enfocó en diseñar una producción a gran escala de lombricompuesto. Es así que comenzó a investigar las formas de producción y los mecanismos que se utilizan en otras partes del mundo.
“No tiene secreto, es algo que hay que ponerse a hacer y sobre la marcha vamos descubriendo el manejo para optimizar la producción. Hay distintas metodologías de producción y tenemos que ir adecuándolo a nuestras posibilidades económicas y de materia orgánica. Hay tutoriales en Internet que enseñan y uno tiene que ver como adaptarlo a lo que uno tiene”, señaló.
Las pruebas y primeras experiencias llevaron a Furlán a utilizar el modelo Guadalajara que es el que se utiliza en México. Para esto construyó dos piletas de mampostería con capacidad de más de 5 mil kilos.
Pero, sus propias experiencias lo llevaron a probar nuevas formas y más económicas como la utilización de plásticos. “Con el modelo mexicano podemos juntar el lixiviado y con el plástico se hace más difícil, aunque no es imposible. Hay que buscar la forma de instalar para que se pueda acopiar” dijo.
Asimismo, mencionó que “este sistema nos permite, no sólo producir este restaurador sólido sino la captación de los lixiviados que es el líquido resultante del proceso de elaboración de la materia orgánica al compostado de las lombrices californianas”.
Subrayó que “el lixiviado es un fertilizante foliar, pero también es un restaurador de suelo. Contiene todos los componentes y, tal vez mejores que el producto sólido que se saca”.
Por otro lado, Furlán hizo extensiva la invitación a que más productores se animen a incursionar en el lombricompuesto en sus chacras. “Somos pocos los productores de lombricompuesto en Misiones. Hace un año más o menos que comencé con esta producción y soy el mayor productor de la provincia”, detalló.
“Hoy no tenemos la venta que deberíamos tener porque falta mucha información de las características de este producto, pero tiene mucho potencial”, mencionó.
Para qué sirve el abono
Desde el INTA explicaron que el lombricompuesto es un abono natural muy rico en nutrientes que es obtenido con la ayuda de la lombriz roja californiana, a partir de restos bien húmedos y en descomposición.
Asimismo, indicaron que el uso del abono ayuda a mantener el suelo fértil, aumenta la cantidad de nutrientes, ayuda a captar, mantener y disponer de más agua para las plantas. Beneficia al suelo con millones de microorganismos y logra una mejor aireación al modificar la estructura del suelo, mejora y recupera los suelos para las huertas y jardines. Es importante mantener la humedad adecuada del sustrato donde se colocan las lombrices.
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