El magistrado Horacio Saldaña consideró que ya no restan más pruebas en la causa y se lo comunicó a la fiscalía. El imputado tiene 19 años y es el principal sospechoso de los disparos.
A Rodolfo “Rudy” Weber (61) lo mataron porque reconoció a quienes les robaban un ternero, esa es la principal hipótesis de la investigación por el homicidio de este colono de Santiago de Liniers. El caso tuvo varios detenidos pero uno solo quedó como el imputado de haber realizado los disparos. El expediente está muy cerca de cerrarse y en las últimas horas se conocieron novedades al respecto.
El magistrado Roberto Saldaña, a cargo del Juzgado de Instrucción 1 de esta ciudad, corrió vista a la fiscalía para que opine si es necesaria alguna última medida o con todo lo recabado es suficiente para elevar el caso a juicio oral y público.
El supuesto autor, tiene actualmente 19 años y está acusado del delito “homicidio en ocasión de robo” artículos 165 y 41 bis del Código Penal Argentino. A este respecto, el fiscal interviniente podría solicitar un cambio en la acusación de considerarlo necesario. En tanto, el joven continúa detenido en la Unidad Penal III del Servicio Penitenciario Provincial.
El hecho en cuestión ocurrió el 23 de marzo de 2020, en una chacra ubicada a la altura del kilómetro 31 de Santiago de Liniers, una zona alejada del casco urbano de la localidad. “Rudy” había terminado la jornada laboral y salió en busca de leña o taquitos. Como había pasado mucho tiempo, uno de sus familiares salió a buscarlo. Lo encontró muerto con un orificio de bala en la parte posterior de la cabeza.
Alertada la comisaría local del hecho, los investigadores determinaron enseguida que los autores eran cuatreros que habían faenado un animal propiedad del colono. Todo indicaba que este los habría sorprendido cuando lo carneaban y como eran conocidos de la víctima, el que portaba el arma lo asesinó para evitar que los denunciara y fueran detenidos.
Los investigadores trabajaron arduamente hasta que menos de 48 horas después, con una orden de allanamiento ingresaron a una chacra donde vivían cuatro empleados de otro colono.
Los mismos estaban en el lugar en calidad de cuidadores de maquinarias y herramientas varias. Mientras los efectivos le comunicaban la investigación que se llevaba a cabo, rastrillaron el perímetro del lote. Tapado con ramas y debajo de un tronco encontraron enterrado un rifle tipo carabina calibre 22. Además, en una vivienda de madera dentro del predio secuestraron teléfonos celulares; dos vainas servidas de escopeta calibre 16; una vaina servida calibre 22, un estuche vacío para cartuchos del mismo calibre, dos machetes filosos, otras armas blancas afiladas.
Las edades de los detenidos era de 28, 26, 18 y un cuarto de 16 que quedó demorado.
A medida que avanzó la investigación, uno de los involucrados confesó que habían matado Weber, pero negó haber sido el autor de los disparos. En este sentido la autopsia reveló que la víctima tenía tres impactos de bala en la cabeza. Según una fuente consultada además habría dicho que esa noche fueron “a faenar vacas ajenas en el campo de Weber”. No pasaron muchos días hasta que cercado por las pruebas, este sospechoso pidió ampliar su declaración indagatoria y confesó haber sido el que jaló el gatillo.
El único que quedó más comprometido en el hecho fue el de 18, a quien en diciembre pasado le fue dictada la prisión preventiva. El resto recuperó la libertad, pero siguen supeditados a una causa por abigeato.
Fuente: Primera Edición
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